Buscando un arreglo (Sephyr)

No puedo evitar reirme. El mayor trauma de alguien como ella es que los demás puedan meterse contigo. Claaro... como si eso tuviera importancia cuando peleas toda tu vida por sobrevivir, una y otra vez. Día tras día dandolo todo y un poquito mas para tener algo que llenara el estómago. Para tener un techo bajo el que refugiarte o una manta que te dé calor.
Obvío sus palabras y la dejo que se vaya, mirandola con unam ezcla de curiosidad y ya no desprecio, sino mas bien pasaba a ser algo de pena. Por la ignorancia que demuestra a cada palabra que sale de su boca.
Doy un par de vueltas a las manzanas de alrededor, haciendo tiempo. Por un momento creo que me he perdido, porque todo el distrito es tan gris que se me hace todo idéntico. Apenas hay detalles ni nada que resalte. Acabo dando vueltas algo perdido hasta que vuelvo sobre mis pasos y consigo llegar al taller. La pequeña ventanilla esta abierta, con lo que me acerco, curioso, y ese hombre casi me saca un ojo al tenderme mi escopeta. Me pide una plata y tres bronces por el arreglo y se los doy sin protestar. Pensaba que me cobrarían mas. En el nueve algo así valdría al menos cuatro platas.
Vuelvo a la estación logrando no perderme esta vez y alzo las cejas al ver a la chica de antes plantada en el anden, estirada como ella sola. Te va a dar un tirón tan tiesa.. Río levemente, mirando los horarios en el tablón y sentandome en uno de los bancos. Aun queda casi dos horas para que pase un tren en dirección a los distritos bajos.

Dado que era lo único que tenía cerca y que no era estático, me pasé buen rato mirando a la chica capitolina, que no paraba de apuntar cosas en una libreta, o mas bien lo que parecía alguna especie de agenda con tapas muy decoradas. Las había visto algunas veces en la papelería del distrito. Incluso una vez tuvo una profesora que poseía una, con las tapas oscuras y de cuero. Era dificil tener algo de cuero en el nueve a menos que consiguieras hacerlo tu mismo, y eso si sabías sacar el cuero secando y limpiando la piel de algun animal. Yo, para mi suerte, contaba con una chaqueta de ese material. Una antigua chaqueta de Garret que me dió antes de irse. Dijo que a él no le iba a servir de nada en la arena, y era cierto, porque nadie le había dejado entrarla allí. Aun así, procuraba no ponermela nunca en presencia de mi tía. No quería hacerla recordar. No cuando Garret había muerto en mi lugar, aunque fuera a morir igualmente. Si no fuera por mi, habría muerto en casa, arropado por los suyos, no asesinado en la arena por ese chico del tres y sus trampas.
Desvío la mirada cuando veo que la chica vuelve alevantarse, hablando por ese pequeño aparato que imagino debe ser un teléfono, como el que tiene el alcalde en su casa y pocas personas mas en todo el distrito. Es muy prestigioso tener un teléfono, pero todos los que he visto estan anclados a la pared. Sin embargo, parece que atonta el cerebro, porque camina mientras habla y se acerca peligrosamente al borde del andén. No creo que se fuera a caer, de hecho, ni siquiera me inmutaría si no oyera a lo lejos el pitido de un tren. Entre la hora a la que había llegado a la estación y la hora en que partía mi tren solo pasaban dos trenes, uno del capitolio media hora antes y uno proveniente de los distritos que iba en dirección al uno y dos un cuarto de hora antes del tren que yo debía coger. Asi que este debe de ser un mercancias. Y esos no se detienen en las estaciones. Me quedo perplejo cuando el tren ya es visible al final de la vía y ella ni tan siquiera se ha dado cuenta. Dejo mi mochila en el banco y me levanto, por si acaso...y menos mal. El tren pasa corriendo por el andén y, si no la hubiese agarrado al tiempo, la fuerza del tren la habría arrastrado a la vía. ¿Estas ciega o qué?¿Es que no has visto el tren?¡es peligroso estar tan cerca de la vía! Lo había aprendido a base de errores. Un chico en el nueve, cuando tenía unos nueve años, había sido atraido por la fuerza del tren cuando jugabamos todos demasiado cerca y había ido a parar a debajo del tren, muriendo al instante.