∞ Katniss Everdeen y Peeta Mellark acababan de proclamarse vencedores de los Septuagésimo Cuartos Juegos del hambre, todo Panem se había volcado con su causa incluso había algunos lugares en los que comenzaban a representar algo más de lo que hacían unos simples ganadores de los Juegos, la chispa que precedía al incendio había sido encendida en los rincones más recónditos de los distritos. La Gira de la Victoria no había hecho más que avivar un deseo de rebelión que comenzaba a atisbarse entre las furiosas pupilas de los habitantes de Panem; el Capitolio intentaba sofocar una agobiante sensación de poder por parte de los más desfavorecidos y vendar los ojos de aquellos que vivían al margen de la realidad. Había que acabar con todo eso y que mejor oportunidad que los siguientes juegos, la sombra retorcida y terrible del Vasallaje de los Veinticinco se extendía por las familias que preparaban y susurraban a escondidas del Capitolio. Snow sabía que no habría mejor oportunidad, haría recordar a todos aquellos que creían en su superioridad que en Panem él movía los hilos, les haría sufrir lo insufrible, envió su mensaje a unos encantados Vigilantes que con sonrisas oscuras y sanguinolentas dieron rienda suelta a su imaginación. Y solo entonces, cuando supo que tenía a todos presos en sus manos decidió dar el mensaje, parte del mensaje, tenía pensado guardarse lo mejor para el momento perfecto, el momento en que la esperanza y la valentía de todos los habitantes de los distritos se esfumaría como simple vapor.
Aquel día habían avisado de un programa obligatorio por la noche, de modo que en cada salón de cada casa de cada distrito, incluso en las elegantes y exageradas casas del Capitolio los habitantes de Panem se mantenían pegados al televisor, unos con los nervios y las ganas a flor de piel, otros con el miedo y la angustia aferrados al corazón; pero fuera como fuera todos fijaron sus ojos con ansia cuando el presidente Snow hizo su aparición en todas las pantallas. Su pelo blanquecino y sus orbes fríos contrastaban con el repugnante intento de sonrisa que se atisbaba en sus labios carnosos y rojizos. -Buenas noches…- el silencio se extendió por todo Panem como una plaga - La Gira de la Victoria ha finalizado y ello nos deja un buen sabor de boca tras los últimos juegos. -Hizo una pausa para coger aire de forma dramática - La euforia tras los trágicos amantes del distrito 12 nos ha proporcionado sin duda unos recuerdos inolvidables -Casi se llego a escuchar allá a lo lejos en una elegante casa del distrito mencionado un ligero bufido de desprecio que hizo juego con el evidente gesto de desgana del presidente - Sin embargo vengo a daros buenas noticias.
Algunas manos se aferraron a otras cálidas en busca de una esperanza que algunos ya consideraban nula, los habitantes de Panem sabían que aquello que en el Capitolio era considerado buenas noticias posiblemente fuera malo para ellos. Y la verdad no andaban mal encaminados. El protagonista del momento volvió a dejar salir aquella siseante y desagradable voz por su garganta -Como sabéis, para nuestra alegría, la fecha de La Cosecha se acerca- una niñita rubia que observaba al jefe de Panem desde su televisor escondió su rostro asustado entre el brazo y el pecho de su madre -Y estoy seguro que ninguno de vosotros habrá olvidado que año es hoy - No mentiría si dijese que el sonido de un gemido amargo multitudinario se alzó entre los doce distritos. Snow entrecruzó con parsimonia sus dedos colocados sobre una elegante mesita de madera maciza y enlaces de oro -Recordaré para aquellos que lo hayan olvidado que este año hace 75 años de la derrota de los distritos frente al Capitolio y por tanto veinticinco años desde el último Vasallaje de los Veinticinco - sonó inevitablemente burlón, ¿cómo iba alguien a olvidarse de aquello? - por lo que estos Juegos del Hambre serán para alegría de todos una celebración con sorpresas especiales .
El presidente dirigió sus indiferentes ojos a la pantalla como si fuera capaz de ver a cualquiera que se encontrase al otro lado, esbozó una cruel e irónicamente feliz sonrisa y pronunció las palabras que tantos temían - ¡Bienvenidos a los Septuagésimo Quintos Juegos del Hambre!-cogió aire en unos segundos que se hicieron interminables y sentenció con placer antes de que terminara la emisión - Y feliz Vasallaje de los Veinticinco.
Sáb Oct 26, 2013 8:01 am por Chrystalle West
